La publicidad y el mercadeo son actividades que nacieron junto con el comercio de bienes; la necesidad de mostrar lo que se tenía para intercambiar y que el nombre del ofertante quedara en la memoria, era muy importante para poder continuar con la actividad misma.
Se tiene como la primera forma de publicidad, un papiro encontrado en Egipto de unos 3000 años de antigüedad, en el que se recompensaba la captura de un esclavo que pertenecía al dueño de una tienda de telas y aprovechaba para decir que eran “las telas más bellas y al gusto de cada quien”.
Nunca se perdía la oportunidad de promocionar un producto, aun en las situaciones más extremas.
También, existieron los llamados voceadores, que básicamente comunicaban las noticias más importantes y anunciaban productos. Más o menos como lo que hacían los pregoneros o niños que vendían la prensa escrita, gritando a todo pulmón los titulares.
Lo que marca un verdadero avance en eso de promocionar un producto o servicio, fue la invención de la imprenta, porque a partir de allí comenzó a difundirse mensajes publicitarios y se va consolidando como herramienta comunicacional. Más adelante nacerían los periódicos impresos.
Los asuntos políticos y las nuevas invenciones tecnológicas dieron un impulso significativo a lo que se conocería como Publicidad. Por ejemplo, la invención del automóvil dio origen a la creación de enormes vallas publicitaria, y la fotografía sustituyó los grabados pintados a mano e incluso redujo significativamente el contenido textual, dándolo mas importancia a la imagen en sí misma.
La invención de la electricidad fue otro hito, al iluminar los anuncios que podrían ser vistos a casi cualquier hora del día, y por lo general, cuando las personas salían de sus trabajos, podían detenerse a tomar un café o compartir tragos con amigos gracias a que la electricidad permitió la eterna iluminación de la ciudad.

El crecimiento de la prensa, la invención de la radio, la televisión, el internet, han sido momentos históricos que la publicidad ha sabido utilizar para expresar las bondades de sus productos o servicios, a través de contenidos ingeniosos y ritmos pegajosos.
El mercado se diversificó y el target también. Había publicidad para hombres, mujeres o niños. Los adolescente, antes casi invisibles, se convierten en potenciales consumidores. La audiencia ya no puede ser tratada con el mismo mensaje. Por ello se requieren expertos, dando origen a las agencias publicitarias y a los especialistas que la conforman.
A grandes rasgos, esto fue lo que ocurrió con la publicidad, pero ¿qué pasó en Venezuela?
Al igual que en la mayoría de los países, la publicidad arranca con fuerza al inicio del siglo XX. Con una economía destrozada por guerras internas, la actividad agrícola era el soporte del país al incrementarse los precios del cacao y café, lo que permitió importaciones de productos europeos.
Con el advenimiento de la actividad petrolera y las trasnacionales que se dedicaron a la extracción y comercialización del crudo venezolano, surge también un incremento en las importaciones. Cosméticos, perfumes, productos de limpieza, cigarrillo, vehículos, etc., se publicitaron en los diarios de reciente creación, tales como El Impulso, el Universal, el Zulia Ilustrado, y algunas revistas como Elite, Cosmópolis y la Gaceta Médica.
Hacia los años 20, se introducen la fotografía para darle forma al nuevo concepto de reportaje gráfico. Y a partir de 1930, la radio impulsa la publicidad de muchos productos y servicios; además de la construcción de enormes vallas publicitarias con el nacimiento de la empresa VEPACO (Venezuelan Public Advertising Company).

A lo largo del siglo XX fue creciendo la industria y los medios para desarrollarla; la aparición de la televisión en 1952 marca el inicio de la publicidad televisada en vivo, por lo que no solo requería ahora de una agencia, sino de locutores ingeniosos que en la medida que iban presentando el producto, les surgían frases chistosas y pegajosas, que conectaban con el público.
La publicidad se convirtió en un fenómeno cultural, que refleja las ideas, prácticas y costumbres de una sociedad. Los años 70 y 80 del siglo pasado son recordados como la época de oro de la publicidad. Son muy recordadas las publicidad de Graffiti, Banco Mercantil, Plumrose, Regional, Parmalat, etc. Y antes de ellas, cuando aun se permitía la publicidad de licores y tabaco, Belmont, Astor y Lido, Old Parr, Etiqueta Negra, eran de las mejores que se veían en televisión con jingles muy pegajosos y visualmente estéticas y refinadas.
Incluso los organismos e instituciones públicas como Cantv, Electricidad de Caracas, Metro de Caracas, Consejo Supremo Electoral (antiguo Consejo Nacional Electoral), etc., se vieron beneficiados con este boom del desarrollo publicitario, siendo objeto de estrategias interesantes para mostrar al público la calidad de sus servicios y el talento humano.
Actualmente, la actividad publicitaria ha entregado en mengua en el país. Son pocos los productos y servicios que mostrar y escasos consumidores con poder adquisitivo importante para acceder a lo poco que se mueve en el mercado. Grandes trasnacionales se han ido y han aumentado las restricciones en materia legislativa.

La publicidad suele cambiar como la cultura del consumidor de un país y hoy día estos cambios se ven reflejados en casi cualquier marca. Sin embargo, hay marcas que siguen teniendo presencia en los medios tradicionales como Pomar, Santa Teresa, empresas Polar, y mantienen sus campañas como mecanismos para publicitar y posicionar sus productos/servicios.
La manera de consumir cambio y la publicidad ha tenido que mutar en nuestro pedacito de tierra al igual que lo hace en muchos otros países de la región, donde la penetración del uso de redes sociales ha llevado a modificar la manera de hacer las cosas.