Planificación Estratégica: Ruta hacia el Éxito

Cuando iniciamos o estamos desarrollando nuestro negocio siempre tenemos ideas de qué queremos hacer, pero dejamos a un lado la importancia de dejar por escrito las pautas necesarias para lograr nuestras metas, creemos que no es necesario y luego avanzamos a la deriva sin una hoja de ruta, sin un plan.

En esta nueva entrega te vamos a dar pasos y tips para crear tu Planificación Estratégica.

Algo que siempre escuché desde joven es que debía planificar mis actividades para cumplir con mis compromisos a tiempo, ya fuesen obligaciones educativas, deberes en el hogar o descansar y disfrutar el tiempo libre; la planificación era sumamente importante para hacer todo lo que quisiera de forma exitosa.

Así ocurre con los negocios; no solo es la idea de emprender, buscar los recursos, el local, socios y proyectar metas. Es necesario establecer un plan que contemple todos los aspectos que giran alrededor del emprendimiento para no dejar nada por fuera y poder lograr los objetivos y metasque soñaste para tu empresa.

Una Planificación o Planeación Estratégica es una herramienta para gestionar las tareas conducentes a lograr los propósitos de corto, mediano y largo plazo, a través de la sistematización de información que permita tomar decisiones.

¿Y qué lleva un Plan Estratégico?

1.    La Misión, Visión y Valores de tu empresa

Misión: es la razón de ser de una organización. Da las pautas a nosotros y nuestros colaboradores para aterrizarnos en el presente y tener claro el por qué y para qué estamos aquí.

Visión: permite proyectarnos a futuro, hacia donde queremos llegar. Representa nuestras aspiraciones y expectativas que tenemos de nuestro negocio. Y aunque puede ser algo idealista, también debe ser realizable.

Valores: son las cualidades o virtudes que posee la organización. Son el marco en el que los integrantes desempeñan su labor, nos dicen bajo cuáles principios éticos y morales logramos los objetivos.

Estos aspectos son claves para comenzar a trazar el camino que transitaremos hacia el éxito

2. Análisis del  entorno interno y externo

Ya sabemos a dónde queremos ir y cómo trabajar, pero sabemos ¿dónde estamos?, ¿qué necesitamos?, ¿cuáles obstáculos podemos encontrarnos? Supongamos que queremos ir a Roraima, no podemos lanzarnos a un viaje tan largo sin saber cómo es “eso por allá”, si contamos con recursos suficientes, si es tiempo de lluvia o sequía, que tipo de ropa vamos a usar, dónde podremos reponer alimentos y agua, es decir, hay que hacer una revisión de lo que tenemos y del sitio a donde vamos a ir. 

Esto es lo que se conoce como diagnóstico situacional y es indispensable realizarlo en nuestro emprendimiento con cierta regularidad. Para ello lo aconsejable es que elaboremos nuestro diagnóstico realizando matriz DOFA (FODA o DAFO). Sí, esa que nos enseñaron a algunos en clases y que nos parecía super fastidiosa e inútil, o usamos una sola vez en la vida.

La matriz DOFA es un recurso que permite identificar las Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas, de allí su nombre. El análisis de la matriz DOFA nos permite revisar los aspectos positivos y negativos interno y externos al negocio. De esta manera, al reconocer lo que poseemos y carecemos, podemos elaborar estrategias que combinen las fortalezas con las oportunidades para enfrentar las debilidades y amenazas, y lograr los tan ansiados objetivos.      

3. Establecer objetivos estratégicos  

Teniendo claro quiénes somos, hacia donde queremos ir y con qué contamos para ello, podemos establecer los Objetivos Estratégicos. Estos objetivos son a largo plazo, pero no deben superar los cinco años según algunos especialistas.

Sin embargo, en mi experiencia me inclino a acortar el tiempo de revisión a no más de tres años, tanto de los objetivos como el plan en general, por cómo avanza la globalización y lo rápido de los cambios en la tecnología.

Como todo objetivo, deben invitar a la acción, ser medibles y realizables. Debe redactarse de forma clara, sencilla y declarar un propósito. Además, deben ser coherentes entre sí, evitando las contradicciones.

Debemos evitar confundir objetivos con actividades. Por ejemplo, “Contratar un community manager para las RRSS” es una actividad porque sólo implica una única acción, la de contratar a alguien. Por otro lado, “Introducir la empresa en nuevos mercados” es un objetivo porque implica estrategias de comunicación en diversos medios, incluyendo contratar un community manager.

Te mostramos algunos ejemplos de objetivos: 

• Incrementar la capacidad instalada de producción en 10% anual”.
• Disminuir las paradas de la línea de producción a 5% mensuales.
• Incrementar la base de clientes en 15% semestral.