
Ya poco se escucha hablar del COVID19, pero sus efectos siguen trastocando la realidad de todos. El mundo financiero es volátil, pues depende mucho del comportamiento del mercado, de las políticas públicas, conflictos ideológicos y se ve afectado hasta por declaraciones en las redes sociales o algún escándalo. Cualquier elemento disruptivo puede alterar el alza o baja de las acciones, hacer caer la productividad, alterar las cadenas de suministros y afectar seriamente la salud financiera de cualquier empresa.
Pero nada nos preparó para los efectos del último coronavirus y sus variantes. El COVID 19 nos tomó por sorpresa, obligándonos a quedarnos en casa, encerrados y forzando a las empresas a buscar soluciones rápidas para intentar mantener los negocios a flote, en un mundo que se paralizaba, por lo que a muchos les tocó cerrar y a los más perseverantes reinventarse.
¿Cuál ha sido el impacto que ha tenido el COVID en las empresas?

Las estrategias de recuperación se comenzaron a diseñar rápidamente, pues no había forma de seguir en una economía ralentizada por efectos del bajo movimiento comercial en algunos rubros. Los que podían trabajar en remoto les dieron continuidad a los procesosadministrativos y de negocios, y los que exigían la presencialidad, comenzaron a crear protocolos que garantizaran un mínimo de seguridad en sus jornadas laborales. Las actividades no esenciales modificaron sus procesos y algunos sectores como el turismo, que se vieron completamente detenidos por un período de 8 meses, comenzaron a aplicar planes de apertura ajustándolos a la nueva normalidad.
Dos años después, seguimos con el virus y sus distintas variantes, el teletrabajo se convirtió en parte de la rutina y la presencialidad sigue bajo protocolos. Pero, ¿y la productividad de las empresas, su cadena procesos, sus sistemas de distribución? ¿cuáles han sido las regiones más afectadas? ¿Cómo se encuentra el equilibrio entre la demanda y la producción de bienes y servicios?
1) Problemas con las cadenas de suministro: debido a la reclusión y el aislamiento, algunas partes de la cadena de suministros se han visto afectadas. La distribución de productos limitados por los problemas de falta de contenedores, paralización de rutas, cierre de puertos.
2) Transformación en la demanda de los consumidores: debido al aislamiento, algunas áreas de consumo dejaron de ser prioridad y surgieron otras como parte de la adaptación a las nuevas prioridades. Esto generó una desestabilización financiera en aquellas empresas cuyos productos y servicios dejaron de ser prioridad e impulsó nuevos negocios.
3) La volatilidad del mercado se exacerbó: la incertidumbre generada por la paralización de la actividad comercial, hizo que el mercado de valores descendiera rápidamente, especialmente en los sectores tradicionales. Aunque el descenso fue rápido, la recuperación de algunos sectores también lo fue, sin embargo, los sectores asociados a los servicios de transporte y hospedaje tardaron mucho en recuperarse debido a la prohibición de viajes y el confinamiento. Quizás, el sector que se vio potenciado y sigue en franco crecimiento, es el farmacéutico.
4) Dificultad que presentaron las empresas para pagar sus deudas y cumplir con sus obligaciones: debido a la paralización de las actividades, sectores como el hotelero, el turismo, aerolíneas, etc., vieron mermados sus ingresos y en consecuencia, se les dificultó realizar los pagos de salarios, deudas bancarias, impuestos y alquileres, por lo que muchos se fueron a la quiebra y otros tantos solicitaron prestamos estatales que contribuyeran a solventar la problemática generada.

Pero algunas puertas se abrieron
Las variantes del COVID han hecho retroceder algunos de los avances en materia financiera y de reactivación de la economía y la Bolsa de Valores mantiene un vaivén debido a las potenciales restricciones en cuanto a viajes, se pudieran implementar. Sin embargo, algunas puertas se abrieron.
En primera instancia, la transformación digital se convirtió en la clave para mantener activo a los mercados y frenar los efectos negativos de la pandemia. Los gobiernos han incentivado la digitalización de los movimientos financieros como pago de nóminas, transacciones comerciales, la virtualización de las gestiones bancarias, etc., todo con el fin de minimizar la presencialidad y mantener el aislamiento necesario para cortar la cadena de contagio.
Por otra parte, la banca también ha intentado ofrecer soluciones de mediano plazo mientras los negocios se recuperan ofreciendo créditos y préstamos, reestructurando deudas, reduciendo intereses. Esto ha permitido desarrollar una nueva forma de relación entre la banca y los usuarios. La facilidad para la apertura de cuentas, la reducción de las limitaciones sobre pagos digitales, aumento de monto de transacciones, son algunos de las facilidades que la banca está brindando a los usuarios y que seguramente se quedarán como prácticas regulares de ahora en adelante.
